(IDRIES SHAH)
Un hombre solía pararse cerca de la ventana de una hermosa joven, tocando la guitarra y dándole la serenata.
Un día, un amigo le preguntó: “¿Por qué no le pides que se case contigo?”.
Entonces, el enamorado respondió: “He pensado en eso, pero si ella acepta ¿a quién iba entonces a dar la serenata?
Un hombre solía pararse cerca de la ventana de una hermosa joven, tocando la guitarra y dándole la serenata.
Un día, un amigo le preguntó: “¿Por qué no le pides que se case contigo?”.
Entonces, el enamorado respondió: “He pensado en eso, pero si ella acepta ¿a quién iba entonces a dar la serenata?
A veces, más que por conseguir un objetivo, lo que hacemos es por placer, porque se nos da bien.
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