Había una vez un pájaro que se refugiaba a diario en las
ramas de un árbol seco que se alzaba solitario en mitad de una gran
extensión desértica. No era un buen lugar para vivir, y el pájaro lo
sabía, pero tenía miedo de abandonarlo con el fin de encontrar algún
árbol mejor que aquel. Su miedo a cambiar era más grande que su
infelicidad, y así iban pasando los días, llevando una vida triste y
difícil.
Un día se levantó una fuerte tormenta, y un golpe de viento arrancó el árbol, dejando al pájaro sin hogar. Ante esta situación, al pájaro no le quedó más remedio que echarse a volar para buscar otro sitio donde vivir. Después de volar más de cien kilómetros, encontró al fin un bosque maravilloso de árboles cargados de frutas, quedándose allí para siempre.
Un día se levantó una fuerte tormenta, y un golpe de viento arrancó el árbol, dejando al pájaro sin hogar. Ante esta situación, al pájaro no le quedó más remedio que echarse a volar para buscar otro sitio donde vivir. Después de volar más de cien kilómetros, encontró al fin un bosque maravilloso de árboles cargados de frutas, quedándose allí para siempre.
Eso suele pasar, el miedo a salir de nuestra rutimna diaria nos paraliza y nos impide progresar. El obstáculo más grande, el miedo. Sin ser temerarios,hay que ser perseverantes y pacientes a la vez.
ResponderEliminar