F.M DE SAMANIEGO 8adaptación).
Iban dos amigos por el bosque, cuando de repente les sale un oso al paso. Uno de los amigos, muy asustado, se subió a un árbol. El otro, abandonado a su suerte, se quedó en el suelo haciéndose el muerto.
El oso, al verlo, se acerca poco a poco. Pero este animal, que no se alimenta de cadáveres según dicen, comienza a olerlo, a tocarlo, lo registra, lo examina. Mas como nuestro amigo no se movía, y casi ni respiraba, es abandonado por el oso que se fue diciendo. "Este está tan muerto como mi bisabuelo".
Entonces el amigo, que estaba en el árbol, haciendo alarde de su amistad, baja corriendo y lo abraza. Comenta la fortuna que ha tenido el amigo al haber salido ileso de tan peligroso trance, y le dice: "Sabes, me parece que el oso te dijo algo al oído, mientras te olisqueaba. Dime ¿qué es lo que te ha dicho? Y nuestro amigo contesta: "Sólo una cosa: APARTA TU AMISTAD DE LA PERSONA QUE, SI TE VE EN EL RIESGO, TE ABANDONA".
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