lunes, 10 de octubre de 2016

EL LOBO Y LA RATA.


FRANCISCO EIXIMENIS.

El lobo se metió a sermonear a la rata, diciéndole que era mal animal porque, sin ninguna vergüenza, no hacía otra cosa sino roer sacos, cajas, pan, queso, pescado y todo cuanto encontraba.

Respondió la rata:

- Señor, ¿y cómo vos me sermoneáis a mí cuando sois el mayor devorador de la tierra? Ya que si yo me como un queso, vos hacéis cien veces peor, ya que degolláis un cordero o más, y si yo me pongo a roer un saco, vos bebéis la sangre de cincuenta ovejas. ¡Bien haríais callando! Porque, mientras seáis todo gula y estéis manchado de la sangre de aquellos que habéis muerto, no debéis ni a mi ni a otro corregir de glotonería.

Y se cuenta que el lobo inclinó la cabeza y se fue avergonzado, diciendo para sí: "Si hubiese callado, no hubiera tenido que oír mis malas fechorías".

Pues nadie debe reprender a otro de aquello de lo que él es igualmente culpable.

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