(AHMED IBN MOHAMMED, SIGLO X)
Un joven beduino, vagando en el desierto, vino a parar cerca de un pozo junto al cual se encontraba para sacar agua una muchacha guapa como la luna llena. El joven beduino se le acercó y le dijo:
-“¡Estoy perdidamente enamorado de ti!”.
La joven le responde:
-“Cerca de la fuente hay otra muchacha tan guapa que yo no soy digna de ser su sierva”.
El joven beduino giró enseguida la cabeza y se puso a buscarla: No había nadie.
Entonces la muchacha exclamó:
-“¡Qué hermosa es la sinceridad y qué fea es la mentira! Dices amarme y basta que yo te hable de otra mujer para hacerte girar la cabeza y buscarla desesperadamente”.
Un joven beduino, vagando en el desierto, vino a parar cerca de un pozo junto al cual se encontraba para sacar agua una muchacha guapa como la luna llena. El joven beduino se le acercó y le dijo:
-“¡Estoy perdidamente enamorado de ti!”.
La joven le responde:
-“Cerca de la fuente hay otra muchacha tan guapa que yo no soy digna de ser su sierva”.
El joven beduino giró enseguida la cabeza y se puso a buscarla: No había nadie.
Entonces la muchacha exclamó:
-“¡Qué hermosa es la sinceridad y qué fea es la mentira! Dices amarme y basta que yo te hable de otra mujer para hacerte girar la cabeza y buscarla desesperadamente”.
Con el titulo me imagine un cuento lleno de misteriosas aventuras romanticas acompañadas de rojos atardeceres entre dunas rodeada de una suave brisa desertica.
ResponderEliminar¿Y con qué te encontraste?
EliminarUna cosa es el amor, y, otra bien diferente es la atracción. A veces creemos estar perdidamnente enamorados de una persona, de la que en realiidad solamente nos sentimos atraídos un tiempo, luego nos cansamos de ella. El amor es paciente y no se acaba, la atracción sí se acaba.
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