ANTHONY DE MELLO.
En el Evangelio de San Juan leemos:
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros… Mediante ella se hizo todo; sin ella no se hizo nada de cuanto ha sido creado. Todo lo que llegó a ser estaba lleno de su vida. Y esa vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas jamás la han apagado.
Fíjate en las tinieblas. No pasará mucho tiempo antes de que veas la luz. Observa silenciosamente todas las cosas. No pasará mucho tiempo antes de que veas la Palabra.
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros…
Resulta penoso comprobar los denodados esfuerzos de quienes tratan de convertir de nuevo la carne en palabra. Palabras, palabras, palabras…
En el Evangelio de San Juan leemos:
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros… Mediante ella se hizo todo; sin ella no se hizo nada de cuanto ha sido creado. Todo lo que llegó a ser estaba lleno de su vida. Y esa vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas jamás la han apagado.
Fíjate en las tinieblas. No pasará mucho tiempo antes de que veas la luz. Observa silenciosamente todas las cosas. No pasará mucho tiempo antes de que veas la Palabra.
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros…
Resulta penoso comprobar los denodados esfuerzos de quienes tratan de convertir de nuevo la carne en palabra. Palabras, palabras, palabras…
La iglesia cristiana en su esfuerzo por llevar a todas las personas el mensaje de amor de Cristo, ha pasado por toda clase de momentos, algunos muy malos, llenos de penurias, pero siempre ha salido adelante; incluso esos malos momentos, como es el actual, acaban siendo los más prósperoas. Ayer oía en la radio, que la religión cristiana es la más perseguida, y la sangre de esos mártires es la mejor semilla de nuevos cristianos.
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