ANÓNIMO HINDÚ.
El devoto se arrodilló para ser iniciado en el discipulado, y el gurú le susurró al oído el sagrado mantra, advirtiéndole que no se lo revelara a nadie.
-¿Y qué ocurrirá si lo hago? -preguntó el devoto.
-Aquel a quien reveles el mantra -le dijo el gurú-, quedará libre de la esclavitud, de la ignorancia y del sufrimiento. Pero tú quedarás excluido del discipulado y te condenarás.
Tan pronto hubo escuchado aquellas palabras, el devoto salió corriendo hacia la plaza del mercado, congregó a una gran multitud en torno a él, y repitió a voz en cuello el sagrado mantra para que lo oyeran todos.
Los discípulos se lo contaron más tarde al gurú y pidieron que aquel individuo fuera expulsado del monasterio, por desobediente.
El gurú sonrió y dijo:
-No necesita nada de cuanto yo pueda enseñarle. Con su acción ha demostrado ser un gurú con todas las de la ley.
El que no nace para servir, no sirve para vivir.
ResponderEliminarEs muriendo a sí mismo como uno resucita a la vida....S. Francisco de Asís.
No son reflexiones mías, son de otras personas que descubrieron que, la felicidad se encuentra en el desprendimiento y la entrega de uno mismo hacia los demás.