ESOPO.
Unos sacerdotes de Cibeles tenían un asno al que cargaban
con sus bultos cuando se ponían en viaje. Un día por fatiga se murió el
asno, y desollándolo, hicieron con su piel unos tambores, de los cuales
se sirvieron. Habiéndoles encontrado otros sacerdotes de Cibeles, les
preguntaron que dónde estaba su asno.
-Muerto - les dijeron -; pero recibe más golpes ahora que los que recibió en su vida.

-Muerto - les dijeron -; pero recibe más golpes ahora que los que recibió en su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario