ESOPO.
Una serpiente se acercó arrastrándose adonde estaba el hijo de un labrador, y lo mató.
Sintió el labrador un dolor terrible y, cogiendo un hacha, se puso al acecho junto al nido de la serpiente, dispuesto a matarla tan pronto como saliera.
Asomó la serpiente la cabeza y el labrador abatió su hacha, pero falló el golpe, partiendo en dos a la vecina piedra.
Temiendo después la venganza de la serpiente, dispúsose a reconciliarse con ella; más ésta repuso:
-Ni yo puedo alimentar hacia tí buenos sentimientos viendo el hachazo de la piedra, ni tú hacia mí contemplando la tumba de tu hijo.
Excelente cuento.
ResponderEliminarLa verdad es que es de esas fábulas donde la moraleja es reflexiva. La habia leido hace poco en http://www.fabulascortas3.com/2016/04/el-labrador-y-la-culebra.html y la verdad es que tenia ganas de leerla nuevamente.
saludos!
Gracias por tu reflexión.
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