ESOPO
Un toro fue mordido por un ratón, y enfadado por la herida, intentó capturarlo.
Pero el ratón alcanzó su seguridad en su agujero.
Aunque el toro cavó en las paredes con sus cuernos, se cansó antes de que pudiera alcanzar al ratón, y poniéndose de cuclillas, se quedó durmiento fuera del agujero.
El ratón se asomó, se arrastró furtivamente hacia su flanco, y mordiéndolo otra vez, se retiró de nuevo a su agujero.
El toro se levantó, y no sabiendo que hacer, quedó tristemente perplejo.
Entonces el ratón dijo,
-Los grandes no siempre prevalecen. Hay momentos cuando los pequeños y humildes son los más fuertes para hacer sus actuaciones.-
Pero el ratón alcanzó su seguridad en su agujero.
Aunque el toro cavó en las paredes con sus cuernos, se cansó antes de que pudiera alcanzar al ratón, y poniéndose de cuclillas, se quedó durmiento fuera del agujero.
El ratón se asomó, se arrastró furtivamente hacia su flanco, y mordiéndolo otra vez, se retiró de nuevo a su agujero.
El toro se levantó, y no sabiendo que hacer, quedó tristemente perplejo.
Entonces el ratón dijo,
-Los grandes no siempre prevalecen. Hay momentos cuando los pequeños y humildes son los más fuertes para hacer sus actuaciones.-
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