ESOPO.
En un tiempo el caballo tenía todo el pasto de la llanura solamente para él.
Sucedió entonces que un venado se metió en su territorio y compartió su pasto. El caballo, deseando vengarse con el forastero, preguntó a un hombre si él quisiera ayudarle a castigar al venado.
El hombre contestó que si él aceptaba recibir un fierro en su boca y consentía en llevarlo contínuamente, él concebiría armas eficaces contra el venado.
El caballo aceptó lo solicitado. Y a partir de aquella hora él encontró que en vez de obtener venganza contra el venado, se había esclavizado al servicio de hombre.
En un tiempo el caballo tenía todo el pasto de la llanura solamente para él.
Sucedió entonces que un venado se metió en su territorio y compartió su pasto. El caballo, deseando vengarse con el forastero, preguntó a un hombre si él quisiera ayudarle a castigar al venado.
El hombre contestó que si él aceptaba recibir un fierro en su boca y consentía en llevarlo contínuamente, él concebiría armas eficaces contra el venado.
El caballo aceptó lo solicitado. Y a partir de aquella hora él encontró que en vez de obtener venganza contra el venado, se había esclavizado al servicio de hombre.
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