ESOPO.
Un buey que llegó a beber a una charca donde había un grupo de ranas jóvenes, pisó y aplastó a una de ellas matándola.
Cuando llegó la madre y notó la ausencia de una de sus hijas, preguntó a sus hermanas qué había pasado con ella.
"Está muerta, madre querida; ya que ahora mismo una bestia muy enorme con cuatro grandes patas vino a la charca y la aplastó de muerte con su talón hendido."
La madre, hinchándose al máximo, preguntó,
-¿Si la bestia fuera tan grande como este tamaño?-
-Para, madre, de hincharte-, dijo una hija, -y no te enojes; ya que puedo asegurarte que más pronto te reventarás que imitar con éxito la inmensidad de aquel monstruo."
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